lunes, noviembre 27, 2006

Fases informativas en Emergencias y Catástrofes

A la hora de gestionar la información de emergencias definiremos dos fases fundamentales: la Fase de Alerta y la fase de alarma. Cuando nos enfrentemos a una emergencia o una catástrofe siempre se dará la segunda pero no necesariamente la primera. La aparición de la fase de alerta lleva aparejada la previsión de que la situación desestructurante va a ocurrir o puede llegar a presentarse. Es el caso, por ejemplo, de la llegada de un temporal. Sin embargo, hay situaciones de alarma que llegan de forma sorpresiva, como ocurrirá en un incendio fortuito en una nave con mercancías peligrosas.

La Fase de alerta

Es pues la destinada a que los ciudadanos conozcan la posibilidad de que se produzca la emergencia y tomen las medidas de autoprotección necesarias ante una emergencia o catástrofe

Cuando los gestores de la Protección Civil tienen conocimiento de que puede producirse una fenómeno natural, técnológico o de cualquier tipo capaz de producir una situación de emergencia debe efectuarse un aviso a la población. Será una comunicación clara, sencilla y concisa que explicará cuál es la situación que se prevé que ocurra.

Durante esta fase se realizará una constante tarea de reevaluación con los datos que se nos ofrecen sobre la situación posible que ha de desencadenarse. Es el caso de los continuos partes de fenómenos meteorológicos adversos que realiza el Instituto Nacional de Meteorología (España) y que, o bien pueden confirmar la situación prevista, o bien pueden, posteriormente, agravar la previsión o confirmar que la amenaza ha pasado o incluso es menor de lo previsto.

Uno de los objetivos que debe lograr esta fase de alerta es procurar una conducta adecuada del ciudadano a la hora de prepararse para afrontar una situación de alerta. Si esperamos una fuerte ola de frío, las recomendaciones a aportar recordarán la necesidad de tener fuentes de calor alternativas, alimentos, linternas, pilas, una emisora de radio, o proteger las conducciones de agua, entre otras cosas.

Por lo tanto, se debe facilitar de forma precisa, clara, concisa y convincente las pertinentes recomendaciones de Protección Civil, recordando además, en el caso de Europa, que el 112 será el teléfono a emplear en situaciones de emergencia para solicitar ayuda.

La Alerta por lo tanto debe ser:

- Clara. En cuanto a la probabilidad o no de que se produzca el acontecimiento que se está comunicando

- Continuada. Renovándose de forma permanente la información a la población con nuevos datos que expliquen la evolución del episodio.

- Urgente. No podemos esperar a que el temporal esté sobre nuestra cabeza para comenzar a realizar las recomendaciones precisas a la población. Entonces, ya será demasiado tarde.

- Categórica y específica. Los mensajes deben de ser los suficientemente precisos como para no dar lugar a interpretaciones y deben venir cargados de la solvencia y autoridad precisa con el fin de que logremos su mayor efectividad entre la mayor parte posible de la población.

- Instructivas. Con recomendaciones de actuación que sirvan para que los ciudadanos efectuen acciones positivas de autoprotección

- Frecuentes. La frecuencia de las comunicaciones variarán de unos casos a otros, pero en una situación de emergencia importante la renovación de los mensajes, con la aportación de nuevos datos y el recordatorio de las recomendaciones pertinentes, puede efectuarse cada 1 o 2 horas.

- Adaptada. Lógicamente debemos comunicar pensando en quíenes son los receptores de nuestros mensajes, adaptando los mismos a las características socioculturales e incluso económicas de la población diana.

La Fase de alarma

Cuando la emergencia es ya inmediata, o ha llegado, es difícil emplear palabras tranquilizadoras.

a) Debe definirse el área a informar y los métodos (megafonía, comunicados por radio y televisión, envíos de mensajes masivos desde la central de emegencias). El 112 de Madrid dispone de un sistema capaz de enviar un mensaje pregrabado a 20.000 abonados telefónicos del área que se determine en un muy breve espacio de tiempo. Para ello, emplea 60 líneas telefónicas de forma simultánea. Asimismo, el sistema de información de comunica de forma simultánea, vía mensajes cortos SMS, a cerca de 200 periodistas. En estos mensajes no sólo se incluye la información sobre el siniestro sino que se incorporán, si fuera preciso, las recomendaciones a facilitar a la población.

b) Los mensajes deben de ser claros y concisos, que no den lugar a interpretaciónes. Como dijimos más arriba, debemos tener claro a quienes están destinados, para adaptar su contenido.

Así las cosas, las eficacia de la alerta y de la alarma está en función de:

1. Contar con una fuente precisa y solvente.

2. Tomar la decisión de difundir el mensaje sin dilación y en el momento oportuno

3. Emplear el método de difusión y la red de comunicación más útil en cada caso.

"No se puede esperar a dar la alerta cuando el peligro ha surgido y tenemos las primeras víctimas"

Un ejemplo claro de como no debe de actuarse fue la difusión informativa empleada en el Huracán Katrina. Las consecuencias fueron miles de muertos y el descrédito de las autoriades responsables de la gestión de la catástrofe


No dar la alerta por miedo es menospreciar a la
sociedad y ponerla en riesgo


(Próximamente explicaré de qué fuente procederá la alerta)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y qué ocurre cuando se entra en una fase de alerta que la realidad se encarga más tarde de desmentir?

En concreto, periódicamente los informativos de radio y televisión anuncian temporales de nieve sobre la alerta que envía el Ministerio del Interior que, luego, en la práctica no pasan de ser las típicas nevadas invernales a las que, en zonas montañosas, están acostumbrados desde hace cientos de años y a las que saben hacer frente.

¿No puede darse el fenómeno del cuento del lobo? Una sobreexposición del ciudadano a tanta alerta que después no se traduce en una situación extraordinaria, ¿no puede traer consigo el descrédito del sistema de alerta?

¿O tal vez en España determinadas alertas se dan para "sacar pecho" e intentar justificar la existencia de algún organismo prescindible?

Luis Serrano Rodríguez dijo...

No cabe duda. Las alertas deben ser en primer lugar pertinentes y proporcionales al daño previsible. Con todo, es bien conocido que una previsión meteorológica realizada a 24 horas tienes un margen de error de un 14%, cuanto más si es a más tiempo. Lo que también es bien conocido, es que la gestión de la Protección Civil sen los primeros niveles de emergencia (hasta el 2)s está transferida a las Comunidades autónomas. Por lo tanto, cuando escuchamos por la televisión que Protección Civil (del Estado) ha alertado a "x" Comunidades, realmente sólo se trata de un aviso a las Delegaciones del Gobierno para que pongan en alerta a la Guardia Civil porque realmente son las Comunidades las únicas responsables, en esta fase, de realizar las pertinentes alertas. Es por ello, que deben ser los técnicos de Protección Civil de las diferentes Comunidades Autónomas los que decidan si es conveniete dar la alerta y cual su contenido.

Anónimo dijo...

OK, el problema con el que nos encontramos es cómo "desactivar" la alerta que ya ha enviado la Protección Civil del Estado y difundido por todos los mm.cc.ss., cuando una vez analizados los datos y llevados a la realidad de tu Comunidad Autónoma, te das cuenta de que lo único que te dicta el sentido común es decirle a la gente que va a nevar en las zonas de montaña, no augurar la gran catástrofe.

¿Por qué entonces Protección Civil del Estado hace público lo que no es otra cosa que un aviso interno a sus servicios, semejantes a los que las CC.AA. envían a sus organismos competentes? ¿Tal vez no han asumido aún su papel secundario en esta materia?

Y cómo "desactivar" la alerta sin provocar desconcierto. ¿Cabe la posibilidad de pactar con los medios qué alertas se difunden y cuáles no?

Luis Serrano Rodríguez dijo...

Ya sabes aquella máxima de que la realidad no te arruine una buena noticia. En este caso desarrollan una competencia que, en ese nivel, está transferida. La solución pasa por, cada uno, en su ámbito competencial desarrollar su papel. Hay que explicar a los medios regionales y locales cual es la situación y de quien la competencia. Hay que convertirse en la fuente prioritaria y solvente de la información de emergencia en tu territorio. Credibilidad, rigor, solvencia y agilidad informativa, huyendo de alarmismos pero informando. El mejor pacto con los medios es formarles. En la Comunidad de Madrid desarrollamos seminarios de periodismo de emergencias para que los profesionales de la Comunicación de la región conozcan, entre otras cosas, el marco competencial.

Anónimo dijo...

En Bélgica donde vivo (soy funcionario de la Comisión Europea) todo el mundo sabe dónde se debe buscar las noticias en caso de alarma. La PREMIERE, el canal 1 de la radio nacional francofona, y RADIO EEN, el canal 1 de la radio nacional neerlandesa. Ellas emiten en FM y en AM, y tienen la misión de alertar a la población y dar avisos cuando sucede una catástrofe. Sin embargo los avisos y alarmas se dan únicamente en AM. En concreto, cada una tiene una emisora de AM que cubre todo el país. Así, yo como sólo hablo francés, sé que tengo que sintonizar el 621Mhz cuando pasa algo.
En EEUU existe un sistema muy sofisticado de radio alarma que usa la banda meteorologica. No pido que en España tengamos un sistema similar, pero al menos podíamos tener, como en Bélgica, una emisora que esté oficialmente encargada de dar avisos y alarmas, y educar a la población de que es ahí donde deben buscar cuando sospechan que algo pasa.