lunes, marzo 21, 2011

Terremoto y catástrofe nuclear en Japón ¿La información se ha gestionado correctamente?

Para poder responder ésta pregunta lo primero que habría que recordar es cuál es el verdadero objetivo de una política de protección civil. Evidentemente no es otra que la protección de los ciudadanos, sus bienes y el medio ambiente. En situaciones de catástrofe los mensajes de alarma deben de estar diseñados de forma que faciliten a la población aquella información y consejos destinados a su protección.

Sea cual sea el escenario, una premisa fundamental es adecuar los mensajes que vamos a trasladar a las características socioculturales de la población diana. Es decir, su nivel cultural, económico, educativo y su conocimiento en la materia. En el caso de Japón es obvio que nos encontramos ante una población especialmente instruida desde la infancia en el conocimiento de las medidas de autoprotección ante emergencias catastróficas. Como señala Juan de Dios Orozco López, Consultor en protocolo, imagen y comunicación en: http://www.protocol.es/?p=3331&goback=.gmp_1805524.gde_1805524_member_47161410
“Valores como el honor, la lealtad, el espíritu de sacrificio y la capacidad por sobreponerse a estas penosas situaciones son el único paraguas bajo el que los japoneses se cobijan. Son un país rico en base a una tradición marcada por el trabajo constante como factor de éxito. Es un país avanzado que ha cimentado su desarrollo en el respeto por la tradición y el culto hacia el “seniority”. Seguirá siendo ambas cosas -avanzado y rico- porque es un país, como he dicho antes, disciplinado y leal con sus dirigentes políticos, empresariales e incluso familiares.”

Alto grado de obediencia

Los japoneses cuentan con un alto grado de obediencia civil ante sus autoridades lo que les hace limitar sus críticas y sus dudas en público. http://www.20minutos.es/noticia/990523/0/japoneses/tranquilos/terremoto/
A eso se une que las expresiones de dolor también se controlan desde la infancia con el fin de no trasladar su dolor a los demás. Con estas premisas se cuenta a la hora de gestionar la información de emergencia. Son factores que quizá pueden explicar porqué las autoridades limitaban las consecuencias y los pronósticos negativos sobre la evolución del desastre en la central atómica en Fukusima generando un gran temor en occidente, mientras los japoneses no mostraban ninguna reacción de pánico y se desenvolvían casi con normalidad. De hecho siempre se ofrecía la versión más favorable por más que los hechos demostraban horas después que la situación era peor de lo que se decía.

Los japoneses mantienen la calma


Gestión del miedo

Pese a todo lo japoneses no han entrado en pánico en ningún momento, no se han manifestado contra sus dirigentes y no se han dedicado al pillaje. Las evacuaciones se han realizado de forma eficaz y las tareas de reconstrucción ya han comenzado. Si medimos por tanto la eficacia en la política informativa por las premisas iniciales que nos habíamos marcado, podemos decir, que la eficacia comunicativa ha quedado demostrada. La gestión del miedo y de la incertidumbre ha sido eficaz desde la óptica de un nipón por mucho que algunos difundieran desde Europa la llegada del “Apocalipsis”. http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/15/union_europea/1300208620.html
Habrá que ver cómo gestionan ahora la información sobre la posible ingestión de sustancias radioactivas a través del agua. Porque no es lo mismo que se depositen sobre la piel, aunque sea en una cantidad nimia, a que las ingieras. Eso sí que puede producir pánico. Veremos.