viernes, marzo 25, 2011

Falta de transparencia en la gestión de la crisis japonesa. Naoto Kan promete un cambio. Cómo evitar el ocultamiento.

Las autoridades japonesas, a través de su primer ministro, Naoto Kan, se han comprometido a actuar con transparencia en la gestión de la información de la crisis japonesa desencadenada por el terremoto de hace dos semanas y que ya ha causado cerca de 27.000 víctimas entre muertos y desaparecidos. Eso sin contar con el segundo mayor accidente nuclear después de Chernobyl y cuya gravedad sigue siendo muy elevada, según reconocen las autoridades. La pregunta ahora es, si prometen transparencia en éste momento ¿Qué han estado haciendo hasta ahora?

Es una maxíma en la gestión de crisis y de catástrofes que nunca se debe mentir. No digo que en Japón se haya hecho, pero es evidente, leyendo las decalaraciones de Kan http://www.lavanguardia.es/internacional/20110325/54131801758/naoto-kan-promete-transparencia-sobre-la-situacion-en-fukushima.html , que hay un reconocimiento explicito de que el ocultamiento ha sido habitual en la gestión de la emergencia. Es otra máxima en la lucha por el control de rumores, tan dañinos en cualquier gestión de crisis, que también hay que huir de ocultismos y de la falta de transparencia. Evidentemente, eso no quiere decir que se aporten todos los datos desde el primer momento. Pero sí es fundamental escalarlos de forma adecuada con rigor, criterios técnicos y en función de que estos estén contrastados.


Naoto Kan dando una rueda de prensa

Cómo gestionamos la información con mayor transparencia

Lo primero obteniendo de primera mano toda la información. Acudiendo a las fuentes originarias. Se deben  conocer todos los datos por parte de la Dirección del Plan de Emergencia. TODOS.
Una vez realizada la evaluación y decidido el Plan de acción, sólo deben primar criterios técnicos destinados a la protección de la población. Por lo tanto, hay que situar los hechos en su justa dimensión y por supuesto, de forma consecuente la información y las recomendaciones que se ofrezcan a la población afectada. Nunca criterios políticos pueden estar por encima de decisiones técnicas de protección de la población.

¿Qué ocurriría si, teniendo tiempo suficiente a realizar a una evacuación, una decisión política apostara por un confinamiento en contra de la decisión de los técnicos? ¿Cómo explicariamos después que miles de personas están contaminadas por la radioactividad? O ya nos hemos olvidado de Nueva Orleans y el Katrina. Quizá, y no digo que sea el caso, con el fin de no alarmar a la población y a nuestra opinión pública, una decisión política puede pasar por encima de una técnica.


Nueva Orleans tras el paso del huracán Katrina

En materia de información de emergencia actuemos con criterios técnicos, seamos transparentes y veraces, y no nos equivocaremos. Los americanos lo aprendieron en Nueva Orleans y cuando llegó el huaracán George apenas murió una decena de personas. Todavía lloran a los más de 1.800 muertos del Katrina. http://es.wikipedia.org/wiki/Hurac%C3%A1n_Katrina