domingo, noviembre 24, 2013

Twitter y la bulimia mediática en emergencias. Incidir en el acceso variable a la información para controlarla

La gran cantidad de información que se produce en el medio continuo y las extensiones tecnológicas de que disponemos en forma de dispositivos móviles producen una sobre abundancia de información procedente, en muchos casos, de fuentes desconocidas. Cuando hablo de medio continuo me refiero a la infoesfera digital carente de periodicidad y en la que la información fluye de forma síncrona, constante y ubicua.  De hecho casi el 50% de la información que publican los medios proceden de este tipo de  fuentes. 

Asi, se está dando un proceso en el que se produce un consumo compulsivo de información que no permite el necesario proceso de asimilación y sedimentación cognitiva en las audiencias. Hoy, en algunos sectores de población, se observa una dependencia del instante, de la anécdota, del comentario excéntrico, mediante una sucesión de estímulos variables que magnifican lo efímero, a modo de atracción magnética de la atención, en detrimento de las grandes cuestiones (Erik- sen 2001; Rosenberg y Feldman 2010). El periodismo espectáculo, propio de los medios audiovisuales, se ha adueñado de la información digital continua y también de las redes sociales.

Fte: Periodismo en la era digital


Es precisamente por ello que el problema tiende a agravarse en situaciones de emergencias y catástrofes donde el consumo y la producción de la información, no sólo de los medios, sino especialmente de los ciudadanos, crece de forma exponencial gracias a sus dispositivos móviles. Estas extensiones tecnológicas permiten subir a la red testimonios, fotos y vídeos procedentes de su experiencia personal o fruto de la clonación masiva, vía RT (repetición) de los contenidos de otros difícilmente verificables en medio de un proceso de consumo bulímico de informaciones con una vida aproximada de 5 minutos. Imaginemos lo que pudo ser esto en catástrofes como el terremoto y tsunami de Japón (2011) en el que se llegaron a publicar casi 6.000 tweets por segundo o durante el huracán Sandy.

En el Tsunami el gobierno japonés se vio obligado a abrir
cuenta en Twitter. En pocas horas tenía más de 200.000 seguidores


Soluciones al proceso de consumo bulímico de la información de emergencias en Twitter

Vamos a acotar el ámbito de estudio a la red social esencial hoy en día en la distribución de información. Twitter se ha convertido en el granero de la información bruta al que acuden tanto ciudadanos como medios con el fin de obtener información de último minuto. A través de la misma accedemos a información prácticamente sincrónica de los afectados por la tragedia antes incluso de que se personen en el lugar los servicios de emergencia o los periodistas.

Sin embargo, el proceso de distribución secuencial de la información a través del Time Line
supone que la vida media de un tweet se sitúe en los 5 minutos. Cuando un usuario de esta red es conocedor de la tragedia, y acude a la búsqueda de información, ésta puede llevar abierta bastante tiempo. Un ejemplo claro fue el accidente del tren Alvia en Santiago de Compostela donde decenas de tuiteros, en su afán de colaborar, repicaban de forma constante la necesidad de donar sangre cuando las autoridades hacía tiempo que habían dejado de solicitarla.



El acceso variable a la información de emergencia por miles e incluso millones de usuarios de Twitter propicia un flujo constante y una repetición de mensajes en tiempos muy diversos cuando muchas de esas informaciones realmente han caducado en su finalidad primigenia de producir una determinada respuesta social. En ese sentido, la fuente informativa, entendiendo por tal un Servicio de información de Emergencia, logra el mayor impacto, no en los primeros instantes de la publicación del mensaje, sino en función de que el mismo sea repicado por los nodos más influyentes y de mayor calidad. Estos pueden obtener directamente la información de la fuente original o de un tweet clonado. Así, nos podemos encontrar con que los efectos de un determinado tweet pervivan mucho más tiempo del deseado pesé a que de la fuente original haya partido ulteriores mensajes que maticen, varíen o modifiquen el contenido del primer mensaje.

Dado que el acceso es variable a la información podemos realizar las siguientes acciones. En primer lugar si queremos que un determinado mensaje perviva debe reproducirse y actualizarse con cierta periodicidad asociado al hashtag donde se agrupé la conversación. Las correcciones o modificaciones del mensaje original deben, por tanto, siguiendo esta lógica repetirse también de forma periódica. Recordemos que la vida media útil de un tweet es de 5 minutos.

Asimismo, se impone la monitorización constante del hashtag, no sólo a la caza de bulos y rumores, sino también de todos aquellos mensajes caducados en su finalidad original o de efectos indeseados en el tiempo con el fin de dirigirse a sus reproductores para lograr atajar lo antes posible su efecto. Se publicará siempre con el hashtag lo que redundará a la hora de frenar el rumor.

Dado que la viralización del mensaje caducado puede ser muy alta, se impone la colaboración y acción conjunta entre el Servicio de Información de Emergencias, la estructura de grupos VOST y la comunidad de influencers que, de forma colaborativa, ayude al control de este tipo de mensajes.




Asimismo, es esencial la comunicación de la situación a los medios informativos con presencia en la esfera digital con el fin de frenar la reproducción de los mensajes caducados