La era
digital ha traído consigo una crisis de
modelo periodístico acrecentado por la
irrupción de las redes sociales que
han des-nortado a no pocos profesionales. El mal llamado periodismo ciudadano ha terminado por complicar la ecuación. Sin embargo, la creciente infoxicación digital reclama más que nunca la labor eficiente de los profesionales de la
información. Es necesario un nuevo
periodismo que sea capaz de desenredar la maraña informativa aportando y
desgranando las informaciones verdaderamente valiosas.
Cuando
llega el desastre, la desinformación inicial viene acompañada de la natural incertidumbre de los afectados. El
trabajo de los periodistas en esos momentos debe dirigirse a aportar
informaciones rápidas pero contrastadas
tendentes a favorecer la protección de los ciudadanos y sus
bienes.
¿Cuál debería ser la labor
preponderante del periodista ante un desastre, cualquiera que sea su origen?
Tradicionalmente
los periodistas han sido contemplados por los servicios de emergencia como el
enemigo. Aquellos que vienen determinados a cuestionar nuestra actuación y a descubrir nuestras debilidades.
Eso tiene
que cambiar. Las administraciones necesitan de los Medios. Hoy por hoy, y pese
a la cada vez mayor pujanza de las redes sociales en internet, son la mejor
forma de llegar a los ciudadanos de manera masiva (especialmente vía radio y televisión). De esta manera debemos
concebir a los Medios como auténticos agentes de protección civil. Sin ellos nuestros mensajes no podrán llegar a los ciudadanos. Así que es necesario trabajar con ellos en
el día a día. Establecer relaciones, formarles en su papel
de agentes de protección civil para que, cuando
llegue el desastre, podamos contar con los Medios para difundir la información que ayude a aportar certezas y seguridad a los
ciudadanos.
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En la línea de lo dicho la información que deberían aportar los Medios hasta el control del siniestro es
aquella tendente a favorecer la protección de los ciudadanos, sus
bienes y el Medio Ambiente. Deben tratar de aportar certidumbres y para ello es
esencial que acudan a buscar datos y a contrastar informaciones con las fuentes
oficiales. No sólo deben contar qué ocurre. Es necesario y exigible que difundan todas
aquellos mensajes que sirvan para la protección de todos: medidas de
protección, lugares de albergue, donación, etc. Sin embargo, muchos parecen más preocupados por buscar testimonios impactantes y
truculentos sobre la tragedia capaces de incrementar rápidamente los índices de audiencia mientras
otros, o quizás los mismos, buscan encontrar
en las primeras horas a los responsables de la tragedia cuando aún no hemos terminado de contar los muertos.
Eso sin
hablar de aquellos que se recrean en aportar imágenes a cual más dolorosa.
¿Qué cuestiones suelen
priorizarse?
Normalmente
los Medios envían a trabajar a sus jóvenes redactores audiovisuales procedentes de las áreas de local, sucesos o sociedad bajo la máxima de "Entra en el primer boletín informativo con lo que tengas y sino tienes una fuente
oficial nos vale con el primer testigo que te encuentres". Esa política informativa conlleva que muchos periodistas,
presionados por sus redactores jefes, busquen al primer enteradillo que se encuentren y le ofrezcan su minuto de gloria.
Esto da lugar a informaciones inexactas, inconexas, ocultistas, alarmistas,
carentes de rigor, y que por lo tanto generan mayor incertidumbre. Así, muchos acaban hablando de: caos,
descoordinación, falta de medios, manipulación, lo que acaba generando mayor tensión e incertidumbre entre las víctimas. Primará por lo tanto el dolor, el desastre, la crueldad, y el caos
por delante de la reorganización, la ayuda, la solidaridad,
el apoyo mutuo y en definitiva la protección civil.
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Sin
embargo, no todo está ni mucho menos perdido El trabajo cotidiano con los
Medios de Comunicación a través de Servicios de Información de emergencias dependientes
de los servicios de protección civil es la clave del
cambio.
Si en el
ordinario aportamos a los Medios Información rápida, contrastada, transparente, puntual y objetiva
obtendremos la confianza de los periodistas y afianzaremos un modelo de relación que funcionará también cuando llegue la situación extraordinaria. La formación e interacción cotidiana de los profesionales de la comunicación es la clave para que estos sean auténticos agentes de protección civil. Los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004
en Madrid fueron la prueba de que, Medios habituados a trabajar codo con codo
con los servicios de información de emergencia en el
ordinario, podrían acabar siendo auténticos agentes de protección civil en el extraordinario.
Es la
misma labor de apoyo que deben prestar en las redes sociales (especialmente
Twitter) los medios informativos a las cuentas oficiales y que ya están aportando los equipos VOST (Virtual Operation Support
Team), como voluntarios digitales en emergencias, en diferentes países del mundo y, en España, a través de @vostSPAIN y sus cuentas asociadas
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